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“Las
tuercas, tornillos y ruedas dentadas son las diferentes personas que te
encuentras en la vida y dejan mella en tu alma”.
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“Hace cuatro
años unos pocos convencieron a muchos de que había que dar un giro hacia al
fututo. Les llamaron indignados e iniciaron un movimiento que movilizó a
millones de personas en todo el país”.
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“Hemos
abierto los ojos a nuestra vieja y en ocasiones patética Europa de que ¡Cuidado!,
Somos conscientes, lo sabemos: el pueblo es y posee la llave del cambio”.
Algún
día echaré la mirada atrás y en el fondo de mi retina seguirán grabados días
como el 24 de mayo de 2015. Soy consciente de que en la historia reciente de
esta España maldita, saqueada por “piratas y corsarios” desde años inmemoriales
ha tenido días de más gloria y conquista, pero desgraciadamente, para unos no
tengo la edad suficiente requerida para haberlos vivido y sufrido, y para los
otros no tenía madurez, conciencia ni pensamiento capaz de ver la importancia
de la lucha por nuestros derechos y dignidad como seres humanos.
Supongo
que como el buen vino, se gana sabor, emoción y aroma con los años. Si tan solo
fuera por motivos de edad y madurez sería demasiado sencillo, bastaría con el
paso rápido de la vida para quitarnos el velo de la estupidez de nuestro rostro
y ver las cosas con mayor nitidez. No va a ser tan fácil. Requiere de cierto
trabajo rudimentario, a base de engranajes que poco a poco y a base de engrase,
paciencia y tiempo van encajando en su sitio, conformando una nueva identidad.
Las
tuercas, tornillos y ruedas dentadas son las diferentes personas que te
encuentras en la vida y dejan mella en tu alma. Tu familia, amigos y compañeros
de ruta que te acompañan a lo largo del viaje que es la existencia, el día a
día. Son la pieza principal del mecanismo que hará que tomes forma y
definición. El engrase, la parte referida a las diferentes decisiones que tomas
a lo largo del camino que harán que llegues hasta la meta de una forma o de
otra, pero deberás ser consciente de lo que dejas atrás y la importancia de lo
aprendido. El tiempo… es lo que pasa sin darte cuenta mientras vives. Es
aquello que va rellenando como piedras de diferente grosor y tamaño los
espacios vacíos. Invertido en leer, aprender, hablar con los demás y confrontar
opiniones. Gastado en emprender nuevas ideas y sueños, conocer gentes y
horizontes lejanos, reír y causar la misma reacción en los demás.
Hace
cuatro años unos pocos convencieron a muchos de que había que dar un giro con miras hacia
al futuro. Les llamaron indignados e iniciaron un movimiento que movilizó
finalmente a millones de personas en todo el país. Nadie creyó entonces en la
magnitud de lo que estaba aconteciendo y desde las altas esferas de la política
se les acusó de fanáticos revolucionarios y violentos que no serían capaces de
cambiar nada. Que todo seguiría igual y que si realmente querían hablar de política,
economía y sociedad lo hicieran desde una plataforma o partido, que la calle no
habla por y para las personas. Desde el Olimpo de Moncloa, fueron los “Dioses” quienes
se mofaron de toda esta marea ciudadana. Cometieron un error, confiaron en que
las aguas volverían a su cauce y pocos meses después todo se olvidaría. Aquellos
días de revueltas, manifestaciones, cargas policiales y sucesos que mancharon
de sudor, sangre y lágrimas nuestra tierra y nuestras calles solo habrían sido
una pesadilla más. Borrón y cuenta nueva, miraron hacia otro lado.
Pero
no fue así, el movimiento del 15 M creó nuevas estructuras de debate en plazas
y espacios públicos. La ciudadanía era consciente de que para mejorar aquello
que es tóxico y no gusta es necesario participar en el cambio, bajarse al campo
de juego y ponerte hasta arriba de barro. A lo largo de los últimos años se han
creado plataformas, estructuras y frentes ciudadanos cívicos con el propósito
de dirigir las riendas de su destino y “Tomar
el Cielo por Asalto”.
“Llegaron noticias al
Olimpo de que Titanes y Héroes enarbolaban juntos banderas con vientos de cambio.
Los semidioses cerraron sus filas y, cargaron con rayos, truenos e intenso frío
con la intención de que los hombres de la tierra se opusieran con toda su alma
a la revolución… se acerca el Invierno dijeron”
No
les ha funcionado. Hace unos días la ciudadanía de nuestro país hemos dado un
golpe en la mesa demostrando que las cosas pueden ser diferentes. Que con
humildad y trabajo podemos ser “amos de
nuestro destino y capitanes de nuestra vida”. Ha sido un paso al frente y
aunque se haya conseguido la victoria en la batalla aún queda mucho para ganar
la guerra. Quizás no se consiga de forma definitiva, pero hemos abierto los
ojos a nuestra vieja y en ocasiones patética Europa de que ¡Cuidado!, Somos conscientes,
lo sabemos: el pueblo es y posee la llave del cambio, vamos a por vosotros.