ª “Las
preguntas que debemos formular son... ¿Por qué tanta desigualdad entre pueblos? ¿Acaso unos son más listos que otros?”.
Dentro de nuestra historia más reciente,
hemos vivido diferentes revoluciones que han ido transformando poco a poco la
sociedad, en pos de asegurar un mínimo de derechos que sean acordes con la vida
humana. Desde la revolución en Inglaterra en 1688, la Independencia de Estados Unidos y su Carta
Magna de 1787, pasando por las ideas de
Rousseau y la Revolución Francesa de 1789, Guerras de Independencia en España y países de América del Sur, el manifiesto
Comunista de Karl Marx de 1848 y la
revolución industrial, la Revolución
Proletaria Rusa de 1917, la segunda República
en España de 1931, Revolución Cubana
de 1959, Mayo del 68, Revolución
de los Claveles en Portugal 1974,
Madrid 15 de mayo de 2011, etc.
ª “Sin
pretenderlo cambió la sociedad humana. Gracias a la agricultura se creó el
primer elemento básico de la economía: el superávit”.
ª “Desde
la revolución en Inglaterra en 1688, la
Independencia de Estados Unidos y su Carta Magna de 1787, pasando por las ideas
de Rousseau y la Revolución Francesa de 1789, Guerras de Independencia en
España y países de América del Sur”.
Diré que gran parte de lo expuesto en este
artículo, debo de agradecérselo a la lectura del último libro de Yanis
Varoufakis (exministro de economía
griego), ya que explica el origen de la desigualdad de una forma que jamás
había leído o escuchado en ningún sitio. Me pareció muy acertada a la vez que
asombrosa e innovadora en cuanto a mis conocimientos, y por ello la expongo
para que, por una parte se recreen con la lectura y análisis del mismo, y por
otra, tenga en su haber obtener y guardar (si es menester) en su biblioteca,
este libro que no tiene una sola palabra de desperdicio (a mi juicio y opinión
personal, por supuesto).
Las preguntas que debemos formularnos son… ¿Por qué tanta desigualdad entre los
pueblos? ¿Acaso unos son más listos que otros? ¿O quizás sea algo diferente,
algo relacionado con el ADN de las personas, lo que explica que en algunos
lugares te encuentres pobreza por las calles y en otras no? Las respuestas
al respecto, son muy importantes de contestar. De no hacerlo podríamos caer en
el error de afirmar que los europeos hemos sido más listos y capaces, y que los
menos afortunados tan solo han sido
mejores personas a lo largo de la historia y que por ello siempre fueron
pueblos colonizados y utilizados para nuestros fines.
Hace aproximadamente
15.000 años el hombre dio unos de los pasos más importantes que le
definieron como especie: logró cultivar
la tierra. Por primera vez el ser
humano consiguió no depender de la buena fortuna y de lo que la generosidad de
la naturaleza le otorgaba. Comenzó a trabajar la tierra y lo hizo por
necesidad, seguramente debido a que poco a poco fue acabando con todos los
bienes de los que se abastecía. Estos al empezar a escasear hicieron que el
hambre inventara la forma de acabar con el problema mediante el cultivo de la
tierra. Así da origen a la economía, con la aparición de la agricultura.
Sin pretenderlo cambió la sociedad humana.
Gracias a la agricultura se creó el primer elemento básico de la economía: el superávit. Ya no solo éramos
capaces de crear alimentos para el sustento diario sino que además éramos capaces de crear un excedente de
producción. Gracias a esto, el ser humano comenzó a tener más tiempo para
él, ya no tenía la necesidad de buscar alimentos durante todo el día. Además la
producción agrícola comenzó a generar los siguientes elementos de nuestra
sociedad: escritura, deuda, dinero,
Estados, ejércitos, clero, burocracia, etc.
Hay que ser conscientes de que a lo largo
de la historia, este excedente de producción, se ha repartido de forma desigual
e injusta. Siempre han tenido ventaja aquellos que ostentaban el poder social, político y militar sobre los que no
poseían nada de esto. Pero también es cierto que han sido unos pocos, los que
tenían sometidos a la mayoría (algo que
sigue pasando hoy día) ¿cómo puede
ser esto posible? Mediante el miedo, por supuesto.
Durante siglos el miedo hacia una ideología que hacía que los poderosos
obtuvieran su poder por derecho (incluso
divino) y que todos los demás debían de acatarlo por que las cosas eran así,
sin más.
Pero entonces… ¿cuál es el detonante de que las súper potencias aparecieran en
Eurasia, por qué Estados Unidos se ha convertido en una de ellas gracias al
germen migrante europeo? ¿Por qué
ninguna súper potencia en África o Australia? Pues como hemos hablado, por el superávit. Es este el que ha
desarrollado los ejércitos, los opresores y oprimidos, la escritura, la
tecnología, las armas, la banca internacional, etc.
Sabemos gracias a los estudios realizados,
que estos pueblos poseían poesía, música,
mitología basada en un valor cultural inmenso; en cambio carecían de medios para atacar y defenderse
de otros pueblos y agresiones. Por el contrario los países occidentales siempre han estado obligados a generar
superávit para seguir avanzando y creciendo con todo lo que ello implicaba: la invasión de otros territorios y
pueblos.
Tan siquiera en África surgió ningún
pueblo que pudiera o haya podido amenazar la hegemonía europea. El africano, un
pueblo que ha sido oprimido desde el origen de la civilización, donde el blanco
siempre ha esclavizado al hombre negro. ¿Acaso
el hombre negro es menos capaz que el blanco? Estupideces, tan solo no
tenían al alcance los medios precisos
para defenderse e incluso llegados al extremo, cambiar las tornas de la historia
universal.
¿A
qué se debe todo esto? Echemos una
mirada al mapa africano, su forma es totalmente contraria a la europea. Esta se
extiende de este a oeste, desde el
atlántico hasta oriente, llegando hasta el pacífico. Su extensión es más ancha que larga.
África se extiende de norte a sur,
comenzando en el Mediterráneo, cruzando el ecuador y llegando hasta las costas
del sur del planeta, albergando zonas climáticas totalmente diferentes: desiertos, trópicos, climas suaves, etc.
¿Qué significa esto? Que podríamos
atravesar Eurasia de este a oeste encontrando pocos cambios de clima, al
contrario que en África, donde para ir de norte a sur podemos encontramos múltiples zonas climáticas
diferenciadas.
Esto es importante por la sencilla razón
de que las sociedades africanas no tenían
la posibilidad de desarrollar grandes economías agrícolas, tampoco la
manera de extender sus cultivos hacia el norte o el sur debido a que era imposible su adaptación. En cambio,
los países europeos, tras el descubrimiento y potenciación de la agricultura,
tenían la posibilidad de extenderse sin
problema por todo el territorio, invadiendo otros pueblos, usurpando sus
superávits, imitando su tecnología y creando imperios enteros y gigantescos.
Por algo tan sencillo y tan complicado a
la vez como la geografía y el clima. En África esto era realmente
imposible. Una explicación que seguramente llame la atención pero que por ello
no carece de asombro.
Como hemos podido ver, nada que ver tiene el ADN de las personas.
Da igual ser blanco, negro o amarillo.
La clave está en la acumulación de
excedentes agrícolas y la facilidad o dificultad de la expansión geográfica.
Gracias a estas dos cuestiones se puede afirmar y asegurar la existencia de las
grandes entidades estatales expansionistas (llamadas
imperialistas desde hace muchos siglos).
Pero todo no acaba aquí. Ya que también
reconocemos la existencia de una desigualdad
notable dentro de las propias sociedades
desarrolladas. Como bien sabemos y hemos dicho antes, la acumulación de
bienes siempre se ha híper-concentrado en unos pocos. Debido a este desigual
poder político creado, gracias a las riquezas y bienes, la desigualdad tiende a
retroalimentarse, hacerse cada vez
mayor.
Podríamos resumir en unas líneas que la
desigualdad, claro está, y es algo que se puede ver día a día, no es igual en
todos los países del mundo. Al igual que tampoco lo es dentro de los propios
Estados, donde encontramos sociedades totalmente estratificadas y jerarquizadas.
¿Siempre ha sido así?
Desgraciadamente así ha sido, al menos desde que se tiene constancia. Siempre ha habido opresores y oprimidos.
Siempre han existido pueblos explotados y exterminados. La especie humana ha
usado su conocimiento, su tecnología y su hegemonía en el reino animal para
hacerse daño y destruirse.
La mayoría de la población se ha mantenido
sumisa ante este abuso de poder. La única forma que se me ocurre de que esto
haya sido posible, es la del reinado del “miedo”
y el “terror”. Miedo a una ideología religiosa que nos dictaba lo que era
correcto y lo que no, y que el poder ostentado por esta oligarquía de personas
era hereditario, divino y sin capacidad de réplica. Terror a la pobreza, a la
desprotección, a la humillación pública, el castigo, la muerte. ¿Qué otro motivo ha existido a lo largo de
los siglos para que no fueran las cosas de otro modo? La falta de cultura, de conocimiento, de información… la eterna ignorancia
que aún persiste en nuestros días, el miedo
a cambio.
Afortunadamente la época en la que vivimos
es la era de la información (aunque
debería afirmarse más bien des-información de gran parte de los medios).
Las nuevas generaciones poseen todas las herramientas para leer, informarse, contrastar y ser críticos con todos los estímulos informativos que reciben. Tan
solo deben de filtrar, comparar e indagar
en busca de la verdad, hallar la raíz del problema y no quedarse con el
titular de un medio de comunicación.
Nuestro mundo no está exento de
revoluciones y cambios sociales. Se ha vertido mucha sangre en favor de nuestra
libertad y la consecución de nuestros derechos. Estos, “garantizados” por la carta de los Derechos Humanos de 1948, son continuamente vulnerados, no es más
que agua de borrajas, puesto que lo
que existe es un crecimiento increíble de la desigualdad a nivel mundial.
Solamente decir que ACNUR da la
cifra de 60.000.000 de refugiados y
desplazados en este 2015. Si enciendes la tele o lees prensa te darás
cuenta de todo lo que ocurre a nuestro alrededor, de cómo millones de seres
humanos huyen de sus casas en busca de una vida mejor, más libre y con derechos
garantizados. Si eres curioso y vas en busca de la verdad, serás consciente de
cómo nuestros gobiernos y también nosotros mismos preferimos mirar hacia otro
lado y seguir con nuestras vidas como si todo no fuera más que un espejismo.
El problema lo hallamos a la hora de
encontrar personas que realmente crean que se puede invertir la situación. ¿Han dejado de creer o simplemente nunca han
creído? Mi opinión es que nunca han
sentido la obligación de creer. El ser humano necesita vivir las cosas en
primera persona, sufrirlas para abrir los ojos y ver que todo lo que ha
construido a tu alrededor no es más que polvo y ceniza.